En este caso, aunque la guionista y directora norteamericana ensaya variantes para una receta que suele asegurarle cierto reconocimiento, cuesta encontrar verdaderos cambios.
La bioética norteamericana - - guiada por su pragmatismo - ha privilegiado e impuesto como canónicos cuatro principios: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.