Por otra parte, el comercio exterior y la industria manufacturera, paulatinamente pero sin pausa, son desnacionalizadas y entregadas a empresas monopolísticas supranacionales.
En efecto, en gran medida han conseguido su objetivo y se han hecho la clase dirigente, controlando el estado y funcionando como jueces monopolísticos.
Mercados oligopolísticos y monopolísticos no son libres, independientemente de que el monopolio tenga origen legal o privado (especialmente, si es de origen privado).