El silicio, sobre todo, se emplea desde hace años para fabricar diodos, transistores, circuitos integrados y microprocesadores, aprovechando sus propiedades semiconductoras.
En algunos casos se utilizan microprocesadores para efectuar muchas de las funciones de conmutación y temporización de los elementos lógicos individuales.
Esto abre la posibilidad de construir amplificadores ultrarrápidos, elementos lógicos y microprocesadores que pueden funcionar miles de veces más rápidos que los microprocesadores convencionales basados en silicio.