Ahora ya tengo todo el tiempo que sea necesario y algunos recursos más para hacer frente a su calumniosa mendacidad digna de un serio estudio criminológico.
Más sutil que la mendacidad es la falacia, porque decir lo que no es cierto es una falsedad mucho más burda que la elaboración de un argumento intencionadamente incorrecto.
Los nacionalistas catalanes sólo han podido justificar sus últimos devaneos secesionistas con una mendacidad que nos asombraría si no los conociéramos.