Hace falta que toda la sociedad actúe para lograr parar el proceso involucionista que, con toda la fuerza del capital, lucha en sentido contrario frente a las personas.
Los partidos apáticos, los dirigentes indolentes, los intelectuales amorrados, los periodistas monocordes, los jueces acartonados y los patronos insensibles del laissez-faire egoísta son los mayores involucionistas en democracia.
Todos estos acontecimientos que son cada vez más aislados pero que pueden crear una gran conmoción social internacional, son hostigados por el sector involucionista o polaridad negativa del cosmos.