Los agentes educativos deben seleccionarse del medio en que éstos accionan, mejor hermanados con las tendencias ingénitas y las direcciones subconscientes del individuo, que otras extrañas.
Es inmutable lo que permanece después de todo cambio, como la materia prima, que es ingénita e incorruptible porque permanece después de toda generación y corrupción.
La propia sabiduría popular, trasuntada en los refranes corrientes, desplaza el valor de la simpatía ingénita bien que subordinándo la a un concepto de azar o suerte.