Desde la fantasía infantil a la adivinación o geomancia, el hombre refleja su búsqueda de sentido en las nubes que percibe: como si al descifrar las las dibujáramos.
Llegué a estado que, en viéndome calzado de geomancia, porque todas las calzas eran puntos, cansado de andar restañando el ventanaje, me entinté la pierna y dejé correr.