La diferencia está en que, en nosotros, estos síntomas se acompañan de febrículas, dolor de garganta, mialgias, artralgias, alteraciones visuales y alteraciones neurológicas.
A todas las formas clínicas se asocian síntomas inespecíficos, como son: fiebre o febrícula prolongada, pérdida de peso, cansancio, falta de apetito, etc.