En la defensa y seguridad, unas cuantas empresas privadas generan lo que se conoce como privatización de la guerra y externalización de la inteligencia.
Las desigualdades se limitarían a una lógica de especialización social, donde la externalización de actividades domésticas permitiría, por ejemplo, una inversión profesional más importante.
Es el llamado outsourcing o externalización de servicios que habitualmente se asocia con grandes firmas, pero que es perfectamente viable a pequeña escala.