Cuando los partidos tradicionales, socialdemócratas y democratacristianos, fracasaron porque la población dejó de apoyar los, los medios asumieron ese papel, se convirtieron en el partido de la elite.
Así, el gobierno y los medios de comunicación presentan al unísono como antisociales a quienes protestan contra el modelo de sociedad que administran socialistas y democratacristianos.
Con este pacto, democratacristianos y nacionales presentaron una candidatura única en contra de la izquierda en las elecciones parlamentarias complementarias y acordaron sumar sus votos en las parlamentarias de 1973.