Ahora con la alta velocidad y los cambios estructurales, se pierde el cuchillero en la estación, pero el recuerdo seguirá en la retina de la historia albaceteña.
En su mente dislocada, confundía arrieros con duques, cuchilleros con marqueses, estafadores con príncipes, salteadores de caminos con caballeros andantes, prófugos con embajadores de alta ralea.