Su tratamiento de los ismos sigue en su mismo empecinamiento, la vía crematística y mercenaria del subgénero cuando éste aborda problematizaciones culturales e históricas.
Que llegó a creer que montando chantajes mediáticos que le dejaban beneficios crematísticos podía acorralar a ministros, parlamentarios, gobernadores, alcaldes, jefes militares.