En algunos casos, el acto voyeurista puede adquirir connotaciones sádicas, cuando predomina la fantasía inconsciente de destruir al cuerpo o a la pareja espiados.
En los últimos años, el calificativo nerd (soso, empollón, nerdo, friki, traga o cerebrito, según el país) parece haber perdido por completo sus connotaciones negativas.