La química de la vida es tan específica que cualquier alteración de estos seis bioelementos cambia la estabilidad y la reactividad moleculares de un modo incompatible con la continuidad biológica.
La explicación es bien simple: la fusión del hielo en primavera engendra corrientes de superficie que provocan indirectamente la ascensión de aguas profundas cargadas de bioelementos.