Antes de las protestas, el gobierno bahreiní cerró barrios enteros y realizó redadas en docenas de hogares mientras advertía a los activistas que tomaría medidas drásticas.
Como resultado, las autoridades optaron por el lanzamiento de un debate bahreiní, que ahora se encuentra sin embargo en punto muerto y no ha llevado a ninguna reforma significativa.
Por otra parte, fiscales bahreiníes ordenan la detención, durante 30 días, de 15 manifestantes que fueron detenidos durante las protestas del fin de semana.
No obstante, la mayoría de los empleos del sector no atrae a los bahreiníes, debido a su mala remuneración (bajos salarios, bajos beneficios) y sus muy estresantes exigencias físicas.
La decisión del tribunal de apelación es sólo la última de una serie de decisiones que ponen en evidencia la falta de independencia de la justicia bahreiní.