Ese apagamiento de la fe y esa incapacidad para provocarse la eran los rasgos de la acedia (una de las acepciones de acedar es disgustar, aunque ya en desuso).
Habie hí grand abondo de buenas arboledas, milgranos e figueras, peros e manzanedas, e muchas otras fructas de diversas monedas, 15 mas no habie ningunas podridas nin acedas.