Pero la nueva tendencia es privilegiar los árboles autóctonos como los lapachos, jacarandás, sauces criollos y ceibos, entre muchos otros que pueden crecer sin problemas en parques y paseos públicos.
Sin embargo, hacia la cordillera, las intensas lluvias permitían que los recursos hídricos bajaran por las quebradas y que en ellas crecieran árboles como pimientos, sauces, algarrobos y tamarugos.