La vendedora fue totalmente cortante, así que opté por retirarme a otra vidriería donde la atención fue mejor aunque no era tan grande como la anterior.
Efectivamente, los vidrios son regulares pero le afinaron los bordes, lo pedí así en la vidriería para que nadie se vaya a cortar al pasar los dedos por encima.
Comencé a trabajar con algunas vidrierías conocidas, haciéndome cargo de las colocaciones de láminas, diseños, y también aprendiendo un poco a cortar vidrios, mover las hojas, etc..