Una forma algo benigna que causa fiebres intermitentes con intervalos de tres días, razón por la que antiguamente se conocía al mal como fiebres tercianas.
Ellos generalmente se agrupaban en comunidades junto a los arroyos para evitar las tercianas y los mosquitos, de vez en cuando se abastecían con agua de vertientes en las montañas.
Así decían los antiguos, y con mucha lógica: las calenturas (episodios de fiebre y escalofríos) venían cada tres días (tercianas) o cada cuatro (cuartanas).