Sin renunciar a su cualidad infantil, toca temas de mayor calado y precisa, por tanto, de un vehículo más recio, aunque no por ello menos eufónico o menos accesible.
Como buena amistad nacida al alero de los cómics, siempre tuvo como uno de los temas de conversación la larga enumeración de los defectos de las comiquerías existentes.