La fertilización de palmas de vivero se hace con una mezcla formada por un bulto de superfosfato triple, un bulto de sulfato de potasio y uno de sulfato de magnesio.
El fosfato de calcio se trata con ácido sulfúrico para convertirlo en superfosfato y hacerlo así más soluble en los ácidos débiles que existen en los suelos.
La presencia del superfosfato en las mezclas de suelo inmoviliza el manganeso excesivo que se libera con el calentamiento impidiendo daños por toxicidad del mismo.