Esta herramienta permite, además, impulsar la obtención de resultados evaluables y lograr un mayor impacto de las actuaciones proyectadas en las zonas identificadas como prioritarias.
Se proponen 33 sustancias o grupos de sustancias prioritarias, entre las que cabe destacar el antraceno, el benceno, el cadmio y sus compuestos, el tributiltín o el naftaleno.
La norma del beneficio orienta además la producción en función de cálculos de mercado, que están divorciados de las necesidades prioritarias de la población.