Si subordinamos este potencial simbólico al poderío desembridado de la tecnociencia, cometeremos un formidable error, y estaremos colaborando en lo que no sería exagerado llamar antropocidio.
En la parte superior, en lugar de la cimera, descansará un cóndor cuyas alas abiertas extendidas sobre los dos ángulos simbolizan el poderío, la grandeza y la altivez.
Ante lo grandioso o desacostumbrado espontáneamente nos causa temor, y sin dificultad respetamos a quien puede hacer ostentaciones de su fuerza o poderío.
Los otomíes llegaron a construir un poderío, pero éste fue al poco tiempo destruido por los toltecas, quienes son considerados como los primeros grupos nahuas comprobables históricamente.