Por supuesto, está ese inmenso móvil de cuadrados de plexiglás rojo: bajo la luz de los proyectores, explota en un cine abstracto, suelo, muros y techo.
El único cambio relevante respecto a lo que se instala en los aviones es que estas cañerías de laboratorio se construyen en plexiglás transparente en vez de en titanio.