No se hallaban en su ambiente: sin ríos cálidos, ni potreros, ni caballos para correr a campo descubierto, ni sembrados de malangas, ni platanales maduros, ni jaulas con tomeguines.
No olvido tus cafetales, tu platanal, tus palmeras ni tu eterna y coqueta primavera... son tesoros que llevo en mi corazón, patria chica, patria buena.