Percatarse quiere decir abrir los ojos de repente, sobresaltarse nos la conciencia, con lo que empezamos a ver algo que ya antes estaba allí pero que no lo veíamos.
Con ello creen abastecer de profundidad a sus superficialidades, sin percatarse de que no hacen más que alzar un murallón inexpugnable a los preconizados reposos de su concordia ciudadana.