Deshacerse de un pasado que aún es presente doloroso me suena a pose de melodrama, fútil y volátil, desde lo alto de la escalera de una mansión marmórea.
Fué, es y será dentro de la historia del cine, un hombre cien, una presencia marmórea, incisiva y deseada de todos los héroes que han dormitado en nuestro cerebro.
Si la superficie de las figuras es lisa y pulida, sin trazas de las herramientas utilizadas, el bloque marmóreo testimonia claramente las huellas de los útiles.