El príncipe cayó en la más triste depresión, su corazón se compungía más y más cuando le tocaba llegar a casa, después de cumplir con sus labores diarias.
En 1813 regresó a su pueblo natal, donde alternaba sus actividades como sacristán, músico, violinista y sus labores de maestro empírico, consejero municipal y alcalde.
Ese escenario no es otro, que fomentar un empleo de baja calidad sustentado exclusivamente en minusvalorar las condiciones labores de los trabajadores.
La familia destinaba alguno de sus miembros para los labores generales de regadío, desecación de pantanos, construcción de acequias, roturación de tierras, etc..
Consideró que aunque la ley no prohíbe las labores de intermediación entiende que eso no está bien porque le troncha el camino a las pequeñas y medianas empresas.