La obsesión del carmesí invade el espectro, aunque muchas joyas populares, montadas en oro catorce, centellean pequeños cristales de roca y plebeyas crisólitas.
Se exhiben joyas de renombre, valiosas reliquias destinadas al culto como cálices de oro con incrustaciones de piedras preciosas, cruces de lapislázuli y otras.