Obrar sin temeridad en sus pretensiones o en el ejercicio de los derechos procesales, evitando los planteamientos y maniobras dilatorias, inconducentes, impertinentes o superfluas.
No obstante, ello no es así, pues se ha ido concentrando debido a regulaciones imprecisas, inconducentes, mal estructuradas y una permanente amenaza de cambios legales.