En diversas ciudades del mediodía, levanta barricadas, asalta armerías, se arma y ofrece una resistencia, si no victoriosa, al menos heroica (página 96).
Nuestra mitología heroica, compuesta por desacreditados héroes de estatua, se complementa con corpulentos hombres de pantaloncillos ajustados y altas cifras en sus cuentas bancarias.