Lo mejor es comenzar con especies de fácil cuidado, como el ficus benjamín, higuera, mirto, camelia, olivo, naranjo, romero, azalea, olmo, lagerstroemia, madreselva, gingko o fucsia.
Y sin embargo del centro mismo del horror algo sobrevivió: los brotes verdes de una planta de gingko biloba, considerado desde entonces el portador de esperanza.
Gingko biloba está también disponible en las farmacias y tiendas de la salud, pero esta forma no es regulada, y no hay normas para regular su calidad o eficacia.
Aún sobreviven seis árboles gingko que fueron bombardeados y se ha comprobado que su tronco y hojas producen una savia que retarda la acción del fuego.