Ahí, a la vez que iniciaba sus días de gloria y popularidad, muy probablemente comenzó su declive personal, plagado de extravagancias y rarezas variadas.
Se trata de las contradicciones que resultan de las infalibilidades papales, que de vez en cuando tienen como resultado extravagancias lógicas, más bien, disparates.
Los futuristas, llevaron la celebración de la tecnología moderna a un extremo grotesco, autodestructivo, que aseguró que sus extravagancias no se repetirían nunca.