Juramento, execración; palabras soeces en general y en particular las que agravian los sentimientos predominantes de religiosidad, en un pueblo y época determinados.
Siempre pensé, ingenuo de mí, que la corrupción era angustiosa, pendiente siempre de una denuncia, de execración social, de miradas feas en la calle, de que le pongan los ganchos.