Desliar este enredo requerirá altura de miras, liderazgo, ideas claras y capacidad de convicción, de lo contrario la política acabará dando un serio disgusto al país.
Simplificando, es una atajada sofista para defender ciertas posturas o poderes hipotéticos de los propietarios a través de un enredo indigerible de ideas dudosamente conectadas.
Sin que el torbellino de las contradicciones jurídico-políticas se haya clarificado jamás que una descentralización planteada en términos de hibridismo constitucional, no pasa de ser un enredo político - administrativo inadecuado.