Sin altercar ni ostentar porfías para resolver casos dudosos en el juego, pediré a los circunstantes que decidan, conformándome tranquilamente con su resolución.
Nuestras acciones adquirirán esa estabilidad y consistencia que llamamos carácter, por esta preferencia que otorgamos, en casos dudosos, a nuestras convicciones previas, y por la avenencia que les atribuimos.