Y no deja de ser vergonzante: las mismas prebendas las tenían anteriores gobernantes y servían únicamente de chascarrillo en tertulias y correos electrónicos.
En las últimas semanas, hemos recibido correos electrónicos de lectores, amigos y hasta colegas médicos, donde reenvían la información con los supuestos efectos anticancerígenos.
En realidad se trata de correos infectados que se apropian de los datos que tenemos en nuestro directorio y que se reexpiden de modo masivo suplantando nuestra dirección.