Tienes una enfermedad del tejido conjuntivo, como esclerodermia o vasculitis, que te hace extremadamente sensible a los efectos secundarios de la radiación.
Además es necesaria para reforzar todas aquellas estructuras que contengan tejido conjuntivo, como tendones, ligamentos, músculos, paredes vasculares, etc..
Las fibras musculares que se encuentran en la capa media migran hacia el espacio subendotelial y terminan transformándose en tejido conjuntivo fibroso.