Se escogen igual número de hombres y mujeres, para representar a cada una de las familias, sirviéndoles sopa de pollo con cazabe y ofrendar nuevamente a sus ancestros.
Los restos encontrados, consisten en piezas de cerámica en forma de platos pandos, que se utilizaban para cocinar el cazabe, una harina que se extraía de la yuca venenosa.