Puesto que mientras recorríamos por todas partes mirando las formaciones mas espectaculares que podíamos ver y sentir la briza sobre nuestras caras porque el viento se empezó a poner fuerte.
La manga podría cantar en la briza de la noche sus canciones alegres y si a la palma le llegara a provocar cantar algún himno guerrero, no había ningún impedimento.