Nunca he sido cazador, mucho menos de coto, pero si se abre la veda allá vamos, con el reclamo, tururú, tururú (o como suenes, según sea caza mayor o menor).
Aclaro que en esta siguiente foto no estoy yo, porque sin camisa hubiera sido un pegue que tururú, jajaja, sobre todo con mi devastador físico y mi arrolladora sonrisa, ajajaja.