Los ajolotes son unas sabandijas que nadan en las aguas turbias y verdosas y pasan corriendo a toda velocidad mientras tú te desesperas en la profunda lentitud de la trajinera.
Una cabeza en la que anidan, junto a flatulencias ideológicas decimonónicas y porciones a medio digerir, trampitas, jiribillas, maniobras, pequeñas cositas turbias.