Sí son hereditarios algunos tipos especiales de enfermedad, como la esclerosis tuberosa, la neurofibromatosis o las lipidosis, en las que se presentan crisis epilépticas.
Sin embargo, la rapamicina, cuyo objetivo es el gen de la esclerosis tuberosa y bloquea una proteína involucrada en la división celular, cambió la conducta de los animales.
Los niños afectados por estos tumores presentan con mucha frecuencia esclerosis tuberosa asociada (deficiencia mental, hamartomas, epilepsia y adenoma sebáceo, de carácter familiar) y a veces existen cardiopatías congénitas.