Más allá de toda tentación de darle a nuestros tropismos una coherencia individual, es importante comprender que nos equivocamos cuando llamamos decisión a un momento dado.
Lo que las plantas realizan, al reaccionar al contacto (como la mimosa púdica), o a los cambios de sol (como los girasoles), son conocidos como tropismos y nastias.
Muchacho bastante díscolo, muy curioso, y con un poderoso tropismo positivo hacia el desastre, es convertido en burro como consecuencia de las cosas que hace.
Estamos atravesados por tropismos y tendencias que - con el debido respeto por el narcisismo humano - hunden sus raíces en el prehumano o hacia el posthumano (la biología, la historia).
Los tropismos y nastias son reacciones químicas o físicas que ocurren en un organismo vivo independientemente de que este los sienta como los animales lo hacemos.