Una transcripción fonética es tan convencional como una transliteración, ya que en ella se establece una correspondencia directa entre un sonido o un fonema y una cierta representación escrita.
En este nivel ya no podemos hacer una transliteración inversa, pero al menos sí podemos reconocer si un texto en otra escritura se corresponde con su romanización.
Esta representación constituye una transcripción de los enunciados producidos por los hablantes utilizando la ortografía convencional o, dicho en otras palabras, una transliteración.