Hacer caso a las normas de circulación que para eso están, como las leyes, pero siendo funcionales y transigentes, en mi opinión, y siempre desde el respeto a los demás.
Se hubiera necesitado a alguien más transigente, menos purista, a la hora de inventar la permacultura y así esta disciplina hubiera sido adoptada sin dificultad por el pensamiento imperante.
Lo malo es que las circunstancias económicas en las que nos encontramos no facilitan la satisfacción de esa necesidad, y los usuarios en muchas ocasiones somos poco transigentes.