Se considera que las hospitalizaciones por tos ferina constituye un indicador más preciso que la declaración individualizada de casos de la enfermedad.
Están elaboradas a partir de las toxinas tetánica y diftérica y fragmentos del bacilo que produce la tos ferina, pero las vacunas de los adultos tienen menor concentración.
Además se ha observado un aumento de la incidencia de tos ferina en países donde los movimientos antivacunas han provocado una reducción en las coberturas.
Vinieron las virgüelas castellanas; vino el sarampión y la tos ferina; vino la culebrilla, y el dolor de costao, y el descenso, y el tabardillo, y nadie se moría.