Y no la hay, precisamente, porque la juventud elimina su capacidad potenciadora y la convierte, inmediatamente y ajena a la temporalidad, en realidad taxativa.
Es una posibilidad insoslayable en nuestra existencia, no pensarnos a nosotros mismos a partir de esta taxativa regla universal, es mirar hacia otro lado.
Rechaza taxativa y absolutamente los conflictos bélicos y las sociedades militarizadas, que entiende como la expresión máxima de la estructura patriarcal.