Como nota curiosa el consumo de alcohol y productos fermentados llegó a ser tan alto, que los supervivientes a aquellas primeras cogorzas llegaron a tener un hígado mucho más resistente.
Durante mucho tiempo pensamos que nada podía dar más miedo que los supervivientes navajeros de los que ya hablamos en su día aquí y aquí, que equivocados estábamos.