Los valores se convirtieron poco a poco en pragmatismos por el bienestar material y el enriquecimiento ilícito que ha venido a producir una sociedad temerosa, amenazada por la sicopatía social.
Esta sencilla pero crucial observación implica que, en la sicopatía, se mantiene una innata identificación con otros seres humanos, un enlace con las mismas personas.